De este modo, se beneficiaría a “muchas comunidades autónomas que viven del mercado nacional”, por lo que se ha propuesto a Turespaña “coordinar con el sector la promoción internacional, pero también la nacional, buscando soluciones para el turismo interno”.
Por cada euro que se invierte en el programa de termalismo, el Estado recupera 2,5 euros; mientras que en el caso del vacacional obtiene 1,5 euros
Asimismo Mirones aplaudió el ofrecimiento de la Administración central al sector privado para que “participe en la toma de decisiones en política de promoción, una vieja aspiración del sector empresarial turístico”.
Mirones justificó la necesidad de mantener los dos actuales programas de turismo social, tanto el de vacaciones como el de balnearios, apoyado tanto por los hoteleros, como por los empresarios, sindicatos y CCAA.
En primer lugar, por su contribución a la desestacionalización de la actividad turística en nuestro país, como lo demuestran los diez millones de pernoctaciones, vitales para algunos destinos, y los millones de puestos de trabajo que mantiene en temporada baja.
Asimismo, “ninguno de los dos programas supone un gasto por el Estado, sino que es una inversión, porque las estadísticas reflejan que por cada euro que se invierte en el de termalismo, el Estado recupera 2,5 euros; mientras que en el caso del programa vacacional obtiene 1,5 euros”. Por tanto, añade, “aunque pueda parecer un gasto, el recorte del presupuesto no supondrá un ahorro para el Estado, sino un déficit”.
Por su parte, Turismo anunció que dará entrada a la iniciativa privada en Turespaña y las OET, mientras el sector pide ampliar la colaboración público-privada en Turespaña a la promoción nacional.
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