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En su división de trenes turísticos de lujo, Renfe cuenta con dos trenes hotel certificados con la Q de Calidad Turística desde 2005. Se trata del Transcantábrico Gran Lujo, que recorre el norte desde San Sebastián a Santiago de Compostela, y Al Andalus, que ofrece tres rutas, la de Andalucía, la del Camino de la Plata y la del Camino de Santiago. Disponibles entre los meses de abril y octubre, en estos trenes se dan la mano la comodidad, el lujo, el glamour, la gastronomía y la belleza paisajística en un evocador viaje que nos traslada a los años 20.
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En 2015, los trenes de lujo de Renfe cerraron el ejercicio con unos ingresos de siete millones de euros. Según la dirección, los trenes de lujo están en alza y suponen un reclamo turístico del patrimonio español, tanto cultural, como natural y gastronómico. Durante el pasado año, casi la mitad de los viajeros que montaron en ellos eran españoles, pero a estos se le han sumado turistas de otros países, un 10% de ingleses, otro 10% de estadounidenses, un 8% procede del mercado alemán, y el resto, de otros países, con una fuerte presencia latinoamericana.
El Transcantábrico
Hace tres décadas nacía el que hoy es el tren turístico más veterano de España: el Transcantábrico. Lo que entonces era una apuesta arriesgada para un país que nunca había visto circular un tren de estas prestaciones y características es hoy un producto consolidado de prestigio internacional.
Tras sucesivas transformaciones y mejoras a lo largo de su ya larga historia, el Transcantábrico Gran Lujo es hoy un auténtico hotel de cinco estrellas sobre raíles, con prestaciones y comodidades que satisfacen las expectativas más exigentes. En sus salones y suites se combina a la perfección el encanto de los evocadores trenes de principios del siglo XX con el confort más avanzado del siglo XXI. Tanto en los salones del tren como en los renombrados restaurantes del recorrido, la gastronomía está a cargo de los más reputados fogones y chefs del norte de España, una zona ya de por sí situada entre las mejores de Europa por la calidad de sus profesionales y sus materias primas.
El sabor de una selecta cocina es ya “marca de la casa” en todos los paquetes turísticos de Renfe Trenes Turísticos.
El Transcantábrico cuenta con los coches Pullman originales de 1923, auténticas joyas del patrimonio histórico-ferroviario, especialmente decorados para este tren de lujo. En las zonas comunes se sirven diariamente los desayunos a la carta y la selecta gastronomía que se elabora a bordo. Además, dispone de coche bar, salones de té, coche panorámico o el coche pub, donde cada noche se ofrecen fiestas, música o actuaciones en directo.
Los salones y suites del Transcantábrico Gran Lujo evocan la nostalgia y encanto de aquellos grandes expresos de principios del siglo XX, inspiración de memorables obras de la literatura y el cine, pero que a la vez dispone de las prestaciones de confort más avanzadas del siglo XXI. Gastronomía, paisaje, cultura, glamour, diversión y relax se unen para hacer de este viaje una experiencia única e inolvidable.
El viaje es en si mismo un recorrido por la identidad gastronómica de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, donde las distintas culturas que han habitado en el norte de España han dejado su huella en los sabores de esta tierra. Una tradición culinaria, renovada y reelaborada por cocineros de renombre internacional, que el viajero podrá disfrutar en los lugares por los que el tren discurre. Platos como la fabada, el cocido montañés y los pescados al horno, postres como los frixuelos y la tarta de Mondoñedo, productos como el marisco, las anchoas o el bacalao son solo una pequeña muestra de la extensa y apetitosa propuesta culinaria que ofrece el Transcantábrico Gran Lujo. Toda ella regada con los mejores caldos que brindan las distintas denominaciones de origen vinícolas del norte de España.
Durante ocho días y siete noches, el Transcantábrico Gran Lujo se convierte en un aristócrata salón a través de cuyos ventanales se disfruta de un paisaje verde y singular, el del norte de España. El tren realiza paradas en localidades vascas, cántabras, asturianas y gallegas, para visitar distintos lugares de interés turístico, para lo cual, los viajeros se desplazan en autocar.
Al Andalus
Por su parte, el tren Al Andalus es un lujoso Palacio rodante totalmente reformado, compuesto por cuatro salones, dos coches con suites estándar y cinco con suites superiores, además del coche cocina/almacén, furgones de energía y coche de la tripulación. Con una capacidad para 64 personas, en su interior se dan cita atenciones, gastronomía y una decoración y comodidad marcada con el sello de la elegancia y distinción de Trenes Turísticos de Lujo.
A bordo de este singular tren, se puede recorrer tres rutas diferentes, Andalucía, la Ruta de la Plata o el Camino de Santiago, con paradas para visitar ciudades que son Patrimonio de la Humanidad, degustar la gastronomía local y disfrutar de la singularidad de los paisejes y la naturaleza en todo su esplendor.
Las suites están especialmente diseñadas para el descanso y la intimidad. Originalmente, fueron construidos en Francia en los años 20 y eran utilizados por la Monarquía británica para sus desplazamientos vacacionales desde Calais hasta la Costa Azul. Su posterior reconversión ha respetado el estilo original manteniendo una exquisita y selecta decoración Belle Époque, que envuelve el ambiente de una atmósfera en la que se integra la climatización con regulador independiente y conexiones eléctricas de 220 voltios. Durante el día, la suite cambia de aspecto ya que las camas se pliegan transformándose en cómodos sofás, dejando espacio para la lectura o disfrutar cómodamente del paisaje en su salón privado.
El Tren Al Andalus dispone de cuatro auténticas joyas ferroviarias: sus coches salón de los años 1928 y 1930. Todos ellos son espacios llenos de encanto destinados al ocio y al placer de viajar. De hecho, es el tren turístico de lujo más amplio y espacioso del mundo, y sus salones ofrecen múltiples posibilidades para los buffet desayunos, almuerzos o cenas a bordo de los coches restaurante, tomar una copa relajadamente en el coche bar, escuchar una actuación musical cada noche en el coche piano, mantener una animada conversación o simplemente contemplar el paisaje por sus amplios ventanales, relajadamente sentados en sus confortables sillones.
Por otro lado, todos los servicios que se realicen fuera del tren, tales como visitas, comidas, espectáculos, etc., están garantizados para mantener el mismo nivel de calidad que el ofrecido en el tren que también cuenta con servicio de lavandería, servicio médico y menús especiales.
Más información en: http://www.renfe.com/trenesturisticos/
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